"NUESTRA TIERRA SE LLAMA "BAJA CALIFORNIA", NO SE LLAMA "BAJA":
SOMOS "BAJACALIFORNIANOS", NO SOMOS "BAJEÑOS"... "Agradezco infinitamente a mi amigo ARQ. MIGUEL ALCÁZAR SÁNCHEZ, el apoyo que me ha brindado al diseñar ésta página y subir mis trabajos desde el año 2007"

viernes, 18 de agosto de 2023

LA MUJER EN LA INGENIERIA.

EN HONOR A LAS MUJERES PERTENECIENTES AL COLEGIO DE INGENIEROS CIVILES DE ENSENADA: (CICE).

AUTOR: ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO

EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA

VIERNES, 23 DE JUNIO DE 2023

ARTICULO NUMERO 136.

EL CONOCIMIENTO Y EL PROGRESO SON UNIVERSALES, NO SE PUEDEN OBSTRUIR, NI DETENER.

“NUESTRO LEGADO ES CULTURA Y CONOCIMIENTO”

DERECHOS DE AUTOR PROTEGIDOS BAJO PATENTE 1660383.

 

            El día 23 de junio de 2014, fue establecido por la WOMEN´S ENGEENIERING SOCIETY (WES) del Reino Unido, como día internacional de la mujer en la ingeniería, a la par de la celebración del 95 aniversario de ese organismo, para resaltar la participación de la mujer en el campo de la Ingeniería.

            El ingenio, ha permitido a la humanidad desde los tiempos de las cavernas, incursionar en la búsqueda de soluciones a la vastedad de problemáticas y dificultades que desde muy lejanos ayeres ha enfrentado el ser humano, y es de ahí, del ingenio, precisamente de donde proviene el campo del conocimiento llamado,  ingeniería.

            Campo exclusivo del hombre  fue durante milenios la ingeniería; desde IMHOTEP, el primer ingeniero de la antigüedad conocido, quien nació en el antiguo Egipto,  hace 4,700 años.

            Pasando por diversas eras, imperios y culturas, la ingeniería ha evolucionado desde las cavernas, la edad piedra, del paleolítico, nolítico, bronce, hierro; los Egipcios, Tracios, Fenicios, Sumerios, Acadios, Babilonios, Pueblos del Mar, Persas, Chinos, Hititas, Griegos, Romanos, Godos, Visigodos, Escandinavos, Anglos, Pictos, Normandos; y en nuestra región, las civilizaciones de Mesoamérica, Aridoamérica, e incaica;  entre muchos otros pueblos desde la antigüedad hasta la era contemporánea.

            La presencia de la mujer fue tardíamente reconocida en el mundo  de la ingeniería, al igual que en todos los campos del conocimiento. Su presencia milenaria ha sido invaluable desde su origen, no solo en su virtud de generar vida, sino, en haber marchado paralelamente en el andar del hombre a lo largo del tiempo, siendo siempre relegado a segundo término, su papel primario.

            Es hasta el año de 1912, que la rumana Elisa Leónida Zamfirescu, logra ser la primera mujer en el mundo en obtener título de ingeniera.

            Concepción Mendizábal Mendoza, fue en México la primera ingeniera civil titulada, cuyo examen profesional fue sustentado el 11 de febrero de 1930.

            Cabe destacar que  en la Nueva España (hoy México) el palacio de minería fue cede de la escuela de ingenieros, fundada en 1782; siendo la más antigua en América, que durante más de cien años sus alumnos fueron exclusivamente varones, siendo hasta 1921, año en el que ingresaron cuatro mujeres, que no llegaron a graduarse.

            Sin embargo, en la actualidad se cuentan por millones las mujeres que han prosperado en todos los campos desarrollados por la mente humana. Hay ingenieras, académicas, escritoras, poetisas, historiadoras, químicas, fisicomatemáticas, exploradoras espaciales, científicas, arquitectas, contadoras, abogadas; en fin, para donde se voltee a ver, ellas tienen presencia.

            Al igual que en el resto del mundo, en Baja California nuestras ciudadanas han conquistado todos los ámbitos del quehacer, con lo cual aseguran y fortalecen su posición en calidad y oportunidad. Todos tenemos mujeres al lado, poco a poco ha ido quedando atrás la cultura que las segregaba, aunque a nivel global es mucho lo que falta por hacer y concretar.

            Los colegios, barras y todo tipo de asociaciones de profesionistas, hoy en día se encuentran flanqueados por mujeres, tal es el caso del Colegio de Ingenieros Civiles de  Ensenada, que a cincuenta y dos años de su fundación cuenta en sus filas con valiosas y destacadas ingenieras, siendo la primera de ellas, la cofundadora del propio colegio, Ingeniera California Odah Zertuche Díaz.

            No obstante de los cincuenta y dos años de existencia del colegio, ha sido en las últimas dos décadas cuando más ingenieras han ingresado a sus filas, quienes provienen de diversas universidades y se desarrollan en variados campos de acción, tales como academia, gobierno, infraestructura, investigación, planeación, valuación, topografía y geodesia; entre tantas otras disciplinas.

            A manera de reconocimiento y homenaje, es que he escrito éstas pocas y sinceras palabras dedicadas a ellas; de manera especial y con gran cariño a mi hija Laura Delia Espinoza Jáuregui, quien estudió dos años de ingeniería civil, aunque su profesión es de arquitecta con maestría en valuación.

            Apreciadas compañeras ingenieras socias del Colegio de Ingenieros Civiles de Ensenada, son merecedoras de la más amplia felicitación, ya que es bien sabido del inmenso esfuerzo que se requiere para cursar la carrera de ingeniería, y no solo es eso, sino que su andar debe ser con paso firme, constante y sostenido, actualizándose profesionalmente de manera rutinaria.

            Porque es de reconocerse y se reconoce, que la trayectoria profesional de ingenieras y de toda mujer que se desenvuelve en cualquier labor, ha impactado e impactará en todas las tareas donde se desenvuelvan. Como así lo harán en el futuro quienes vienen detrás; habrán de seguir engrandeciendo y fortaleciendo con ello a nuestra patria, que antes debió traer a profesionales extranjeros de todas las disciplinas para reforzar a los nuestros, y lograr consolidar paulatinamente el progreso nacional, y que al paso del tiempo,  forjados los profesionistas mexicanos, vinieron ustedes mujeres ingenieras para apoyar grandemente y consolidar sueños y esperanzas.

            A toda mujer que nos haya engrandecido, que nos engrandezca hoy y mañana  con cualquiera que sea su actividad, vaya para  ellas los mejores deseos y agradecimiento por consolidar con su presencia y conocimientos a las más diversas ramas de la ingeniería y del conocimiento en general.

            California Odah Zertuche Díaz, nacida en Ensenada, Baja California, el 23 de abril de 1926, hasta donde he logrado investigar, fue la primera ingeniera civil de Ensenada y la doceava mujer en obtener título de esa profesión ante la Universidad Nacional Autónoma de México, suceso ocurrido en 1954, mediante su tesis profesional con el tema: “Red de Alcantarillado para la Población de Ensenada, Baja California”. Fue maestra fundadora de la Universidad Autónoma de Baja California. Donó terrenos para la Unidad Deportiva “Valle Dorado”. Fue la primera Ingeniera en pertenecer al CICE, siendo su cofundadora al lado de nueve varones, en 1971. Galardonada de manera póstuma como Forjadora de Baja California, en 2014. Falleció en 1991.

            Siendo elocuentes con los tiempos y los cambios inclusivos que actualmente se viven, el Colegio eligió a la Ingeniera Edith Adriana Méndez Martínez, como la primera mujer en encabezar sus destinos como su Presidente, para el bienio 2023-2025, tomando protesta del cargo en conjunto con la directiva en pleno el pasado viernes, 30 de junio de 2023.

            Agradezco ampliamente y de manera comedida a la Ingeniera Leticia Guadalupe García Ucán, por las impresiones que del presente arreglo me ha dado, tanto en su calidad de mujer, como en la de profesional de la ingeniería, ya que con ella  lo socialicé, a fin de contar con la percepción más indicada.

            A continuación, la reflexión sobre la presente narrativa que pude interpretar de los comentarios de la Ingeniera Leticia Guadalupe García Ucán, que en las siguientes palabras describo:

                        “…Conforme empecé a leer éste relato de corte histórico –afirma la Ingeniera Leticia-, mi mente empezó a viajar, se fue tan lejos como la lectura de la narrativa me llevó; fui hasta los primeros tiempos de la humanidad, me deslumbré ante los monumentos de  rocas gigantes, aprecié infinidad de villas y pueblos antiquísimos, asentamientos amurallados de la antigüedad,  acueductos y caminos empedrados de los romanos. Fue tan lejano el viaje, tan largo, que los minutos duraron  milenios, pude apreciar la grandeza del ingenio humano; de pronto volví y me encontré conmigo misma. Entendí que soy una mujer ingeniera, y que de alguna manera mi actividad se entrelaza con muchas de aquellas actividades que pude palpar en mi viaje, y que a través de la libertad de mi mente, tuve la inmensa experiencia de realizar,…Gracias.”

 

            El Colegio de Ingenieros Civiles de Ensenada, cohesiona, da sentido de pertenencia y arraigo. La vida nos va llevando por los caminos menos imaginados, nos cruza con infinidad de personas, situaciones y retos que jamás habríamos ni siquiera tenido la intuición de su existencia, y así; de salto en salto, de tumbo en tumbo, arribamos a los destinos menos sospechados. Luego, al voltear atrás, divisamos borroso el rastro que a manera de sendero venimos dejando con el transcurrir de la vida. De alguna manera, así se presenta el campo de la ingeniería, el cual se va arraigando con los descubrimientos e inventos por demás ingeniosos menos imaginados, que dan soporte, seguridad y bienestar al ser humano, gracias a su mente creativa, desde que remotamente creó una instrumento en roca, hasta las inmensas obras de ingeniería de la actualidad. Una línea de tiempo que une a la gente de las cavernas con el moderno ser humano; aquel su raciocinio, aquellos sus rústicos y primitivos utensilios, intrínsecamente unidos por milenios con la inteligencia artificial, por razón de su naturaleza…

 

 


Ingenieras pertenecientes al CICE a lo largo de su historia:

1.    California Odah Zertuche Díaz (1926-1991), 2. Elena Alicia Mejía Arévalo, 3. Juana Lourdes Oliva Valdés, 4. Cinthia Verónica Santacruz Flores (*19 diciembre de 1968, +11 de marzo de 2023), 5. Sue Deborah González Granados, 6. Leticia Guadalupe García Ucán, 7. Edith Adriana Méndez Martínez, 8. Marcela Chee Castillo, 9. Grecia Alejandra García Lugo, 10. Stefany Pickett Corona, 11. Alma Fabiola Arias Peralta, 12. Irma Delgadillo Sánchez, 13. Mariela Méndez Zumaya, 14. Sara Bertha Alvarado Renata, 15. Nataly Chávez Salas, 16. Lorena Guadalupe Fajardo Montes, 17. Melanie Fernanda López López, 18. Ana Yazmín López Rubio, 19. Linda América Moreno Lázaro, 20. Rosa Lilia Rivera Flores, 21. Ludsmila Rivera González, 22. Mónica Zavala Olazavala.  

 

 

Notas relevantes:

 

Membresía actual activa del Colegio: 102.

 

            INGENIEROS FUNDADORES DEL COLEGIO: (miércoles, 31 de marzo de 1971).

                        Ing. Abigail Parra Quiróz (+)

                        Ing. Francisco Javier Barraza Salazar (+)

                        Ing. Juan Carlos MacFarland Corona (+)

                        Ing. Víctor Manuel Gómez Bañuelos (+)

                        Ing. José Ricardo Bárcena Escobedo (+)

                        Ing. Fernando Hernández de Labra (+)

                        Ing. California Odah Zertuche Díaz (+)

                        Ing. Rubén Corral Rascón (+)

                        Ing. Alfredo Medina Vidaurri (+)

                        Ing. José Eduardo Ruiz Castro (+)

            Con motivo de la celebración del quincuagésimo aniversario de la fundación del Colegio de Ingenieros Civiles de Ensenada, en agosto de 2021, se tuvo en calidad de invitados especiales a los Ingenieros fundadores sobrevivientes: Alfredo Medina Vidaurri, quien al poco tiempo falleció, y  a José Eduardo Ruiz Castro, quien viajó de San José del Cabo, Baja California, Sur a Ensenada, Baja California, para asistir al acto solemne protocolario, falleciendo en 2022.

 

                                    Mesa Directiva 2023-2025:

            Ing. Edith Adriana Méndez Martínez: Presidente

            Ing. Jorge Alfonso Jasso Torres: Vicepresidente

            Ing. Alejandro Espinoza Arroyo: Primer Secretario

            Ing. Jorge Alberto Platero Vázquez: Segundo Secretario

            Ing. Carlos Brasil García Muñoz: Secretario Suplente

            Ing. Leticia Guadalupe García Ucán: Secretaria Suplente

            Ing. Carlos Francisco Romo Herrera: Tesorero

            Ing. Conrado Martín Mata Valdés: Tesorero Suplente.

            Ing. Clemente Roberto Calleja Oliva: Vocal

            Ing. Roberto Daniel Guerra Palos: Vocal

                        Junta de honor y Justicia

            Ing. Fabián René Ibarra López

            Ing. Juan Carlos Ibarra Armenta

            Ing. Jorge Pickett Briceño.

 

            Existen varios Colegios de Ingenieros Civiles en Ensenada,  Baja California, en la república mexicana, y a nivel global.

 

            Agradezco a Luisa Zuleyka Villavicencio Estrada, secretaria ejecutiva del CICE, por su apoyo en la búsqueda de registros del colegio para obtener los nombres de las ingenieras que han ingresado al colegio desde su fundación.

                        El presente trabajo será publicado en la página de internet www.elrosariobc.blogspot.com propiedad del autor.

 

Izquierda a Derecha: Luisa Zuleyka Villavicencio Estrada (secretaria ejecutiva), Ingenieras Mónica Zavala Olazavala, Leticia Guadalupe García Ucán, Edith Adriana Méndez Martínez, Juana Lourdes Oliva Valdés, Elena Alicia Mejía Arévalo, Cinthia Verónica Santacruz Flores (+), Marcela Chee Castillo, Stefany  Pickett Corona, Sue Deborah González Granados, y, Ana Yazmín López Rubio.

Ensenada, B.C., julio de 2019.

 

 

 

Atrás: Lorena Guadalupe Fajardo Montes, Linda América Moreno Lázaro, Mariela Méndez Zumaya.

Frente: Marcela Chee Castillo, Leticia Guadalupe García Ucán, Edith Adriana Méndez Martínez, Irma Delgadillo Sánchez, Sue Deborah González Granados, Stefany Pickett Corona.

Ensenada, B.C., a 30 de junio 2023.

 



Reciben reconocimiento de parte del Municipio de Ensenada, por el Día Internacional de La Mujer en la Ingeniería:

Ingenieras Stefany Pickett Corona, Leticia Guadalupe García Ucán, Edith Adriana Méndez Martínez, Irma Delgadillo Sánchez.

Ensenada, B.C., a 03 de julio de 2023.

miércoles, 29 de septiembre de 2021

A CINCUENTA AÑOS DE LA FUNDACION DEL COLEGIO DE INGENIEROS CIVILES DE ENSENADA: C.I.C.E.

A CINCUENTA AÑOS DE LA FUNDACION DEL COLEGIO DE INGENIEROS CIVILES DE ENSENADA: C.I.C.E.

 

POR: ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO

EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA

12 de agosto de 2021

Artículo número 135

Protegido bajo patente 1660383.

 



NUESTRAS TRADICIONES SON CULTURA Y CONOCIMIENTO.

NUESTRA TIERRA SE LLAMA BAJA CALIFORNIA, NO “BAJA”

 

 

La ingeniería proviene del ingenio humano, por lo que todos tenemos algo de ingeniero: Y desde que la humanidad existe se ha visto inmersa en un mundo de necesidades por resolver, tanto es así, que habitando las cavernas se vio en la disyuntiva de preservarse o de sucumbir.

El frío intenso la hizo descubrir el fuego, el hambre la obligó a desarrollar la cacería y recolección, el calor agobiante a buscar los sitios con agua; la descomposición de sus alimentos a desarrollar su conservación, el breve tiempo que les duraba la vida, llevo a los primeros seres humanos a ingeniárselas para hacer pasar su conocimiento de generación en generación, principalmente la muy lenta fabricación de herramientas, que mas tarde habrían de utilizar para guerrear. Se puede decir que  con las primitivas necesidades del ser humano, lo llevaron al surgimiento del “ingenio”, que habría de fortalecerse al cabo de miles de generaciones en la primitiva ingeniería.

            Desde la era de las cavernas, y la edad de la piedra, se desarrolló  en todas los rincones del planeta el uso indistinto de enseres, aperos y herramientas primitivas, que al paso de los milenios, según el ingenio, se fueron perfeccionando, hasta llegar a las civilizaciones antiguas  como la china, egipcia, la Mesopotamia en sus cinco periodos, entre infinidad de otras culturas.

            Si del ingenio nace la ingeniería, tenemos entonces que el ingeniero existe desde la era de las cavernas, existiendo una vastedad de conocimientos entre el ingeniero primigenio y el actual, tanta como conocimiento hay, teniendo que dividir la ingeniería en amplia variedad de disciplinas en la actualidad.

            El primer ingeniero del que se tiene registro propiamente dicho, es de IMHOTEP, quien nació en Egipto el siglo XXVII, a. d. C., quien construyó la pirámide de Saqqarah, en el antiguo Egipto hacia el 2,550 a. d. C., por lo que se le puede ubicar con una antigüedad de unos 4,600 años.

            En tiempos más recientes nos encontramos con ARQUIMIDES DE SIRACUSA, quien existió del año 287 al 212 a. d. C., habiendo nacido en Siracusa, Italia, (Grecia Magna), y fue asesinado a las setenta y cinco años de edad por un soldado romano, cuando por ser un hombre de gran valía y sabiduría, se había prohibido causarle algún daño.

            Existe una fabula de la antigüedad que dice: “En la construcción de una gran obra, los hombres transportaban arrastrando masivos bloques de roca desde la cantera hasta el pie de la obra; en eso, uno de los trabajadores se detuvo observando un árbol y mientras los observaba ingenió que podrían talarlo, sacar dos trozos pequeños del tronco, colocar uno en cada extremo del tronco restante, aprovechando su redondez, obteniendo con ello un mecanismo, que colocado debajo de la roca, podría servir de eje y rodar con mínimo esfuerzo, sin tener que usar la fuerza bruta…, absorto en sus pensamientos estaba, cuando de repente llegó el jefe dándole un fuerte garrotazo en la cabeza, matándolo por haber abandonado su trabajo para estar contemplando inútilmente un árbol; con tal acción, aquel inepto jefe atrasó por milenios la aparición de la rueda”.

            La necesidad de transportar el agua a grandes distancias, mediante el ingenio hizo aparecer los acueductos; por las guerras: la catapulta,  pólvora, el arco y la flecha; por las herramientas: la minería y metalurgia; por conquistar los mares: la navegación por medio canoas, veleros, barcos, buques. Presente en muchos campos del saber,  ha estado desde siempre la ingeniería como principio de solución.

            En América, los primeros ingenieros construyeron las pirámides precolombinas y todas las ciudades de los imperios azteca, maya, purépecha, totonaca, tolteca e incaico, principalmente. Cabe destacar que a la llegada de los europeos, fue Hernán Cortés y sus huestes quienes construyeron navíos para atacar Tenochtitlán, que se podrían considerar como los primeros “ingenieros” europeos en el nuevo mundo. 

            Propiamente dicho, la preparación formal del ingeniero dio inicio en la escuela que cuenta con mayor antigüedad en América Latina,  fundada en México en 1792, llamado: “Real Seminario de Minería de México”. Anteriormente a su fundación solo se impartían cursos de medicina y farmacia en la Real y Pontificia Universidad de México.

            En México, dados los movimientos independentistas, se dejo de lado el impulso a la educación, siendo así que desde 1792, en que se fundó el Real Seminario de Minería, no se volvió a tomar cartas en el asunto, sino hasta 1883, año en que fue fundada la carrera de ingeniería industrial, dado que en ese tiempo, en el país existían unas tres mil empresas, en su gran mayoría de origen extranjero, que utilizaban maquinaria principalmente en minas.           

En 1900, habia en el país 250 estudiantes de ingeniería, en su totalidad hombres, siendo hasta el años de 1921 en que se registraron tres mujeres en todo el país.

En 1930, el día 11 de febrero, presentó su examen profesional la primera mujer ingeniero  mexicana, siendo ella: CONCEPCION MENDIZABAL MENDOZA, quien habia nacido en la ciudad de México, el 4 de marzo de 1883 y fallecido en la misma ciudad el 23 de noviembre de 1985, a la edad de 92 años. Cabe hacer hincapié que desde 1792, año en que se fundó el Real Seminario de Minería, y hasta 1930; es decir durante 138 años,  no existió ninguna mujer con el grado de ingeniero en México, hasta que lo logró ella, nuestro primer ingeniero civil mexicano.

            En Estados Unidos de América, la primera escuela de ingenieros se fundó en Nueva York el año de 1849, es decir, 57 años después que en México. Aquel país, tuvo en Emily Warren Roebling, a una de sus primeras mujeres con grado de ingeniero.

Para Baja California, sus primeros ingenieros fueron quienes realizaron los primeros trazos de los pueblos de la colonia Carlos Pacheco (Ensenada), San Quintín, Tía Juana, Mexicali y Tecate. Destacando que a principios de los 1900’s, otros primeros ingenieros civiles, topógrafos y geólogos, diseñaron, y construyeron el camino nacional, cruzando la sierra de Picachos: en “La Rumorosa”,  que unía a  Mexicali con Tecate, Tijuana y Ensenada, llamándolo “camino nacional”, con el ánimo de integrar a la Baja California con el resto del país, tratando de desligarla de sus nexos con California, Estados Unidos.

            En Ensenada, los primeros ingenieros fueron de origen extranjero, principalmente llegados a finales del siglo XIX, en las compañías “inglesa y americana”, dadas las concesiones de tierras que les otorgó el gobierno de Porfirio Díaz. Baste decir que desde 1880 a 1940, las minas y grandes extensiones de tierras bajacalifornianas se encontraban en manos casi exclusivamente extranjeras, con sus ingenieros también extranjeros, desde luego.

            Se puede decir que fue hasta muy entrado el siglo veinte en que  Ensenada  se “hizo” de ingenieros mexicanos; algunos nativos de la ciudad y de otros que arribaron de distintos lugares del país; principalmente los llegados durante la segunda guerra mundial, ya que fueron enviados por la presidencia de la república en apoyo para proteger la península de Baja California, por temor a que fuera invadida por fuerzas del eje: Japón-Alemania-Italia. Muchos de aquellos ingenieros se quedaron para siempre en Ensenada, mientras que otros regresaron a sus lugares de origen, donde descansan.

            Llegar a ser profesionista, hace unos décadas, no era tarea fácil, mucho menos lo era para los que nacimos en la campiña de la Baja California, vivíamos en los 1950´s por ejemplo, pero en la realidad parecía ser que estábamos a mediados de los 1700´s y principios de los 1800’s, pues el soñar siquiera con llegar a terminar la secundaria, eran sueños guajiros, ni qué decir con llegar a estudiar para ingeniero. Por principios de cuentas, en las ciudades de Baja California, apenas existía el nivel secundario, y alguna que otra escuela para secretariado.

La gran mayoría de los que se “iban a estudiar” a mediados del siglo veinte, era a la muy lejana ciudad de México, viajaban de ida y vuelta en rústicos camiones “rancheros”, por caminos terregosos o lodosos; con escasas pertenencias, muy poco dinero, pero con inmensas ilusiones de llegar a obtener algún grado académico, a base de hambres y todo tipo de esfuerzos, y tener que pasar por la tortura de ser “perro” al ingresar a la universidad.

             No solo les pasaba todo eso a los estudiantes de la Baja California, sino que esta situación la vivieron la inmensa mayoría de los mexicanos nacidos fuera de la metrópoli mexicana.

            Pero los tiempos cambian, también para nosotros los de rancho, de pequeños pueblos y ciudades, llegó el progreso, y fue así como se “hizo de mulas Petra”. Por principios de cuentas, a todos los territorios estatales mexicanos llegaron secundarias, preparatorias, universidades, e instituciones de posgrado. En Baja California, la universidad llegó en febrero de 1957; facilitando grandemente el que mayor numero de parroquianos aspiráramos a obtener estudios superiores, ya solo deberíamos trasladarnos a Mexicali, eso sí, con escasez infinita para muchos de los que allá estudiamos. Para fortuna de las nuevas generaciones, en casi todas las ciudades mexicanas, actualmente existe un amplio abanico de posibilidades y ofertas de estudios.

En el México del año de 1900, apenas doscientos cincuenta estudiantes de ingeniería existían, mientras que un siglo después, gracias al cúmulo de facilidades e instituciones de educación existentes, se pueden contar por miles o millones los que se encuentran en vías  de ser profesionistas, más otros millones de personas que ya lo somos; mientras que ahora el reto es contar con espacios educativos para todos, suficientes  fuentes de empleo y mantener en alta dignidad y prestigio nuestras respectivas profesiones. Existe también para nuestros estudiantes la oportunidad de intercambio educativo con universidades y tecnológicos de otros países, esperando que en ello, el país se vea engrandecido y no crezca la “fuga de cerebros”, regresando a nuestra sociedad lo que mucho nos ha dado.

La obra constructiva mexicana, antes dependiente de ingenieros y diseñadores del extranjero, en la actualidad realiza todo tipo de construcción pesada y diseño, que van desde magnas obras en aeropuertos, autopistas, minas, obras marítimas y costeras, puentes, presas, obras de minería, geología, hidrología, topo hidrometría, todo tipo de edificación, por citar parte del campo de desarrollo y acción.

 

 

COLEGIO DE INGENIEROS CIVILES DE ENSENADA, A CINCUENTA AÑOS DE SU FUNDACION.

 El Colegio de Ingenieros Civiles de Ensenada,  inició sus gestiones de fundación el 31 de marzo de 1971, cuando el Ingeniero Abigail Parra Quiroz en representación del  grupo de ingenieros fundadores,  solicitó ante la Instancia Federal el permiso correspondiente para la formación y fundación de este nuestro Colegio; siendo otorgado el permiso solicitado el día dos de septiembre de 1971; habiendo quedado formalmente concluida su  integración  el 18 de diciembre de 1971; e inscrito  en su momento ante  el Departamento de Profesiones del Estado de Baja California.

Desde tiempos primigenios  a la región de Ensenada  han arribado distintos personajes de todas las esferas sociales y de diversas ocupaciones, que en su actuar la han engrandecido. Fue así, que hace más de cincuenta años a la entonces pequeña  ciudad, arribaron desde distintos confines de la patria profesionales de la Ingeniería Civil, que se sumaron a los muy pocos ingenieros locales de aquellos ayeres.  Ante esta dinámica,  un grupo de ingenieros civiles optaron por integrarse  de manera colegiada, y con ello, enmarcar el ejercicio de la profesión en beneficio de la sociedad, fomentando las relaciones de los ingenieros civiles locales con sus similares del resto del país y del extranjero; con la misión de enaltecer  principalmente la Ingeniería Civil  y,  en general, el Arte y la Cultura; en tanto que prestaban su labor a la sociedad.

Cabe destacar que desde su fundación, el Colegio ha permanecido atento para apoyar a las  autoridades y a la sociedad a través de labores sociales, participando en comisiones de gestión y seguimiento, tantas como nos han sido requeridas ante el diario quehacer ciudadano; participando el colegio en la mayoría de ellas, con voz y voto, emitiendo de manera colegiada nuestras opiniones y posicionamientos profesionales;  como en el ordenamiento de la ciudad, así como en muy diversas disciplinas, coadyuvando entre otros, con los tres órdenes de gobierno, universidades,  Institutos de Cultura y de Artes, otros colegios de la rama, solo por citar algunos; a la vez que mantenemos estrecha relación con el quehacer de la ingeniería en México y el extranjero, a través de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la Republica Mexicana, de la cual formamos parte.

DE SUS DIEZ FUNDADORES:

Sus fundadores y primeros forjadores, fueron los ciudadanos ingenieros:

1.- ABIGAIL PARRA QUIROZ, Originario de Sonoyta, Sonora; donde nació el 5 de enero de 1932.

2.- FRANCISCO JAVIER BARRAZA SALAZAR, originario de Cananea, Sonora; donde nació en 26 de enero de 1940.

3.- JUAN CARLOS MACFARLAND CORONA, originario de El Oro, Estado de México; donde nació el 9 de marzo de 1918.

4.- VICTOR MANUEL GOMEZ BAÑUELOS, originario de Ensenada, Baja California; donde nació el 3 de marzo de 1936.

5.- JOSE RICARDO BARCENA ESCOBEDO, originario de Real del Monte, Hidalgo; donde nació el 7 de abril de 1906.

6.- FERNANDO HERNANDEZ DE LABRA, originario de Guayanes, Municipio de Zirandero, Guerrero; donde nació el 9 de septiembre de 1938.

7.- CALIFORNIA ODAH ZERTUCHE DE SANCHEZ. Originaria de Ensenada, Baja California; donde nació el 23 de abril de 1926.

8.- RUBEN CORRAL RASCON, originario de Chihuahua, Chihuahua; donde nació el 11 de febrero de 1924.

9.- JOSE EDUARDO RUIZ CASTRO, originario de San José del Cabo, Baja California, Sur; donde nació el 12 de enero de 1942.

10.- ALFREDO MEDINA VIDAURRI, originario de Juchipila, Zacatecas; donde nació el 12 de marzo de 1936.

Solo sobreviven en la actualidad los ingenieros José Eduardo Ruiz Castro y Alfredo Medina Vidaurri. El primero radica en San José del Cabo, Baja California, Sur; y el segundo en Ensenada, Baja California.

           

EL PRIMER CONSEJO DIRECTIVO POR EL BIENIO 1971-1973, FUE CONFORMADO POR:

 

PRESIDENTE: Ingeniero ABIGAIL PARRA QUIROZ.

PRIMER SECRETARIO: Ingeniero FRANCISCO JAVIER BARRAZA SALAZAR.

SEGUNDO SECRETARIO: Ingeniero JUAN CARLOS MACFARLAND CORONA.

TESORERO: Ingeniero GABRIEL GOMEZ BAÑUELOS.

PRIMER VOCAL: Ingeniero JOSE RICARDO BARCENA ESCOBEDO.

SEGUNDO VOCAL: Ingeniero FERNADO HERNANDEZ DE LABRA.

El Colegio de Ingenieros Civiles de Ensenada, en la actualidad lo representa el entrante XXVI Consejo Directivo: 2021-2023,  encabezado por el Ingeniero Carlos Brasil García Muñoz, por entrega que le hace el XXV Consejo directivo: 2019-2021 saliente, que fue representado por el Ingeniero Fabián René Ibarra López.

El Colegio de Ingenieros Civiles de Ensenada, desde su fundación ha sido encabezado partiendo del primer consejo directivo y hasta el vigésimo sexto, por los ingenieros:

1.- Abigail Parra Quiroz: Presidente Consejo Directivo I: 1971-1973

2.- Francisco Javier Barraza Salazar: Presidente Consejo Directivo II: 1973-1975

3.- Rafael Guerrero Chávez: Presidente Consejo Directivo III: 1975-1977

4.- Guillermo Sánchez Ceseña: Presidente Consejo Directivo IV: 1977-1979

5.- Gabriel Gómez Bañuelos: Presidente Consejo Directivo V: 1979-1981

6.- Luis Lugo Ramos: Presidente Consejo Directivo VI: 1981-1983

7.- Anastasio Vázquez González: Presidente Consejo Directivo VII: 1983-1985

8.- Francisco Hernández de Labra: Presidente Consejo Directivo VIII: 1985-1987

9.- Jorge Alejandro Parra Lázaro: 1 Presidente Consejo Directivo IX: 1987-1989

10.- Juan Francisco Órnelas González: Presidente Consejo Directivo X: 1989-1991

11.- Jorge Picket Briseño: Presidente Consejo Directivo XI: 1991-1993

12.- Ruben Ayub Martínez: Presidente Consejo Directivo XII: 1993-1995

13.- José Antonio Navarro: 1995-1997: XIII: Pedro Flores Arredondo (1996)

14.- Pedro Flores Arredondo: XIV: 1997-1999

15.- Cosme Frías Solís: XV: 1999-2001

16.- José Alfredo Salazar Juárez: XVI: José de la Luz Mendoza Díaz: 2001-2003

17.- José Virgilio Garibay Ruiz: Presidente Consejo Directivo XVII: 2003-2005

18.- Juan Manuel Falcón Pérez: Presidente Consejo Directivo XVIII: 2005-2007

19.- Jorge Adrian Arvizu Robles: Presidente Consejo Directivo XIX: 2007-2009

20.- Arturo Javier García González: Presidente Consejo Directivo XX: 2009-2011

21.- Fernando Tinajero Villavicencio: Presidente Consejo Directivo XXI: 2011-2013

22.- Cesar Ríos Patricio: Presidente Consejo Directivo XXII: 2013-2015

23.- Juan Carlos Ibarra Armenta: Presidente Consejo Directivo: XXIII: 2015-2017

24.- Héctor Ibarra Plazola: Presidente Consejo Directivo XXIV: 2017-2019

25.- Fabián René Ibarra López: Presidente Consejo Directivo XXV: 2019-2021

26.- Carlos Brasil García Muñoz: Presidente Consejo Directivo XXVI: 2021-2023.

            Existen representaciones de ingenieros civiles y de todas las profesiones en todo el país, mientras que en Baja California existen varios colegios en las ciudades de Ensenada, Tijuana, Playas de Rosarito, Tecate, Mexicali y San Quintín; así como federaciones nacionales e internacionales de colegios, barras y asociaciones de profesionistas.

            El campo de acción profesional de los socios del colegio, ha sido en la obra pública, privada, en el sector educativo, servicio público,  investigación, apoyo en la impartición de justicia, iniciativa privada, entre otras actividades.

En el Colegio de Ingenieros Civiles de Ensenada, desde su fundación, no ha sido representado por ninguna mujer, esperando que en tiempo cercano alguna compañera nos represente.

El más reciente miembro del colegio es el Ing. Héctor Villalobos Buelna, quien ingresó el pasado mes de julio de 2021; mientras que por ingresar se encuentra la Ing. Araceli Guadalupe Avíña Cervantes. Por parte de este autor, se asienta que forma parte de sus filas desde marzo de 1992.

 

Notas relevantes:

Dentro de los alcances de este trabajo, no ha sido posible asentar el nombre de todos los miembros socios que han existido en el colegio, ni el insertar los consejos directivos completos, tarea que se habrá de realizar en otra oportunidad.

Mi agradecimiento al Ing. Pedro Flores Arredondo y a la secretaria Luisa Zuleyca Villavicencio Estrada, por su apoyo para la obtención cronológica de los consejos directivos del colegio.

El presente trabajo no sigue líneas políticas, religiosas, ni económicas, surge como interés del autor por documentar en algo el devenir del colegio.

Se permite el uso del presente trabajo, solo para divulgación, otorgando y citando en todo momento los créditos correspondientes al autor, quien se reserva bajo patente 1660383 todos los derechos de autor sobre el mismo en México y el extranjero.


domingo, 1 de noviembre de 2020

SRA. RUFINA JIMENEZ RIOS

SAN MANUEL, MUNICIPIO DE TUBUTAMA, SONORA.

Por: Ing. Alejandro Espinoza Arroyo

El Rosario, Baja California

A 02 de Octubre de 2020.

Protegido bajo patente no. 1660383.

 

Entre 1969 y 1970, años en los que viví en San Manuel, conocí entre muchas otras, a la familia Jiménez, principalmente a Salvador, Refugio "Cuco", Bernardo, e Irene. Primeramente conocí, en agosto de 1969, a Doña María Armida “Arminda” Jiménez Chávez, esposa de Ruperto Celaya Bernal, y al primo hermano de ella, Salvador Jiménez Ríos, aunque también a Refugio “Cuco” Jiménez Ríos.

En las amplias platicas que con los Jiménez sostuve, supe que habían llegado de Chihuahua a Sonora, sin conocer en aquél entonces los pormenores de su migración a Sonora.

En la entrevista que le hice a su hermana, Doña Rufina Jiménez Ríos, hizo las siguientes relaciones

El 16 de marzo de 2018, tuve la oportunidad de conocer y de entrevistar, en su casa de San Quintín, Baja California, a la señora RUFINA JIMENEZ RIOS, de 96 años de edad, hermana de Salvador, Bernardo, Irene, y Refugio, y prima de María Armida “Arminda”.

Según el decir de la señora Rufina, ella nació el 10 de julio de 1922, en San Buenaventura, Chihuahua, cuyos padres fueron Juan Jiménez Delgado y Genoveva Ríos.

Sus hermanos fueron: Salvador, Refugio, Bernardo, Rodolfo, Irene, y ella,  Rufina.

Sus abuelos paternos fueron: Bernardo Jiménez, originario del Estado de Aguascalientes, y Feliciana Delgado, nacida en Zacatecas.

Sus abuelos maternos fueron: Bibiano Ríos, de Estados Unidos, y la tarahumara Ezequiela Hernández, nacida en la nación Raramuri, de la alta serranía chihuahuense.

Los hermanos de su padre Juan Jiménez Delgado, fueron: José (padre de “Arminda”), Bernardino, Petra, y Maclovia.

Cuando Rufina contaba con doce años de edad, que fue en el año de 1934, parte de la familia Jiménez Ríos, salió desde San Buenaventura, Chihuahua, de donde viajaron a Casas Grandes, Chihuahua, en dos carretas tiradas por mulas, y tiempo después, viajaron con rumbo a San Ana, Sonora.

En el viaje de San Buenaventura a Casas Grandes, su estancia en ese lugar, y el viaje a Santa Ana, Sonora, transcurrieron un par de años.

En ambos recorridos los carros los  conducían, uno su padre, y el otro, su tío José. Decidieron emigrar a Santa Ana, ya que en aquél lugar vivía, desde hacía tiempo, su tío Bernardino, hermano del padre de Rufina.

Meses duró el recorrido, a paso de mula tirando las carretas. Venían las familias completas de Juan, y de José, que entre adultos y niños eran casi una veintena de personas. Viajaban durante el día, después de desayunar cargaban el campo a las carretas, y proseguían el viaje por unas siete horas, paraban para preparar sus alimentos, en cocinas de campo que acondicionaban a ras de suelo, utilizando la sombra de algunos árboles, o las corrientes de algunos riachuelos, donde también se bañaban, y lavaban sus ropas.

Por el camino, con el fin de que los alimentos no escasearan, cazaban tantos conejos, liebres, codornices, palomas, como podían, y en ocasiones venados. Aprovechaban también los frutos y bayas silvestres.

Después de cinco largos meses de viaje, al fin llegaron a Santa Ana Viejo, y de ahí pasaron al ejido “Peñasco”

Su tío Bernardino Jiménez Delgado, era quien vivía desde años antes en el Ejido “Peñasco”, cercano al ejido “El Claro”, en la zona rural de Santa Ana, Sonora, en cuyos lugares sembraban trigo y algodón, con agua que derivaban del río; siendo la razón por la que la familia emigró a Sonora, dado que ya Bernardino se encontraba bien afianzado.

A los años de estar viviendo y sembrando en el ejido “Peñasco”, Juan, su padre, así como sus tíos, José, y Bernardino, fueron invitados por el griego Pedro Pulos para que lo apoyaran en la cacería de zorros y coyotes en San Manuel, ya que se dedicaba a la curtiduría de pieles exóticas.

El griego Pedro Pulos vivía en Santa Ana, lugar donde se había casado con Carmelita Cubillas, originaria del lugar.

Fue a causa de la cacería de zorros y coyotes, que la familia Jiménez Ríos, cambio su residencia de manera permanente a San Manuel, en cuyas tierras, ya para entonces se habían iniciado los trámites oficiales y poblamiento, para formar el ejido, donde pasaron a ser ejidatarios.

Su tío José Jiménez Delgado, casó con Rosalía Chávez, hija de Ricardo Chávez, de cuyo matrimonio, nacieron: Arminda, Ambrosio, Manuel, Guadalupe (h), Francisco, y Alicia.

Juan Jiménez Delgado, padre de Rufina, falleció, con alrededor de cien años de edad, en el ejido La Sangre, Sonora, en casa de su hija Irene, casada con Ignacio Valle; fue sepultado en Santa Ana, al lado de su esposa Genoveva Ríos, quien antes había fallecido en ese lugar.

Su hermano Salvador Jiménez Ríos, casó con Herminia Badilla; mientras que su hermano Bernardo casó con María Socorro Celaya, hermana de Arsenio Celaya, y oadres de Rodolfo, Gloria, y otros hijos; originarios del Sáric, Sonora, pero radicados en el pueblito Ejido La Sangre, vecino de San Manuel…

Entrevista a Don Ruperto Celaya Bernal, en el pueblito San Manuel, municipio de Tubutama, Sonora. Año 1969 y 1970.

Los  datos que se presentan  a continuación, me fueron proporcionados por Don Ruperto Celaya Bernal, y por su esposa María Armida Jiménez Chávez, en las largas charlas que sostuvimos durante mi estancia en San Manuel, entre 1969 y 1970, siendo brevemente mejorados por María Teresa Celaya López, hija de Santiago Celaya Bernal.

Otra rama de los Celaya, fue la formada por Don Ruperto Celaya Ortiz, y Refugio Bernal Félix, originarios de Atil, Sonora. Cuyos hijos fueron: Santiago, Artemisa, Ruperto, Federico, Francisco, Jesús (h), Alberto, María del Carmen, Manuel Carlos, Bertha.

De ésta familia Celaya Bernal, Ruperto  casó con María Armida “Arminda” Jiménez Chávez, hija de José Jiménez Delgado, quien en el viaje de Chihuahua a Sonora, en 1934, contaba con un año de edad, y había nacido en Casas Grandes, Chihuahua.

Santiago Celaya Bernal casó con María Dolores López Calixtro, del ejido La Sangre, cuya familia vive en Mexicali, Baja California; Artemisa casó con José “N” de Mexicali, Baja California, no tuvieron hijos; Jesús casó con Consuelo Méndez, de Altar,    cuya familia vive en Altar, Sonora;  Adalberto casó con Estela del Toro, cuya familia vive en Chihuahua;  María del Carmen casó con Eulalio Soto,   cuya familia vive en California, Estados Unidos; Manuel Carlos casó Con Concepción Figueroa Traslaviña, de La Reforma, Sonora, cuya familia vive en Caborca, Sonora; Federico casó con Uvaldina Montoya Gaxiola, del ejido La Sangre, Sonora; cuya familia vive en San Manuel; Francisco casó con Francisca Figueroa Traslaviña, de La Reforma, cuya familia vive en San Manuel. Bertha falleció soltera a la edad de dieciocho años, en lamentable accidente al ser operada de las anginas, en Santa Ana, Sonora.

Fue así como la familia Jiménez, llegada de Chihuahua, se relacionó genéticamente con personas oriundas de Atil, San Manuel, La Sangre, Altar, El Sáric, y La Reforma, Sonora, principalmente…

De la familia Jiménez Ríos, sólo sobrevive Doña Rufina.

De la familia Jiménez Chávez, sobreviven Ambrosio, y Guadalupe (h), por encima de los noventa años de edad.

De la familia Celaya Bernal, sobreviven, María del Carmen, Francisco, y Manuel Calos, todos andan, a la fecha, por encima de los noventa años de edad.

Don Ruperto Celaya Bernal, nació en Atil, Sonora, en octubre de 1923, falleció en Santa Ana, el 9 de febrero de 1993.

Doña María Armida, nació en Casa Grandes, Chihuahua, el 23 de mayo de 1933, y falleció en Santa Ana, Sonora, el 4 de mayo de 2014.

Continuará con entrevista a Rhode Dicochea Gaxiola...se tratará fe lad familias Dicochea y Gaxiola asentados en San Manuel, La Cuchilla, y La Sangre.

miércoles, 2 de octubre de 2019

EL IRLANDES PHILLIP CROSTHWAITE, TATARABUELO DE RIGOBERTO MARTIN DEL CAMPO MARRON.


EL IRLANDES PHILLIP CROSTHWAITE, TATARABUELO DE RIGOBERTO MARTIN DEL CAMPO MARRON.
Autor: Ing. Alejandro Espinoza Arroyo
Articulo  133.
El Rosario, Baja California, a 15 de septiembre de 2019.
Protegido bajo patente número 1660383.
Nuestras tradiciones son cultura y conocimiento.

            La Baja California, ha sido un espacio geográfico al cual han llegado infinidad de familias y hombres solos para poblarla; mucho es busca de aventuras, trabajo, o por placer, que durante los trescientos años en que existió la Nueva España, eran casi exclusivamente de la península ibérica los que arribaron a nuestra península.
Desde que México se independizó de España, se dieron cita en este suelo personas de los más recónditos y lejanos lugares, tales como de la China, Alemania, Chile, Líbano, Francia, Inglaterra, Japón, Rusia, e Irlanda entre muchos otros.
En el pueblo de El Rosario, Baja California, hacia mediados los de la década de 1840´s, con toda regularidad se encontraba cazando nutrias el entonces joven de veinte años, el Irlandés Phillip Crosthwaite, ya que ahí vivía Perfecta Escolástica Espinoza Castro, novia del norteamericano Julián Jesse Wilbur Ames, compañero en la cacería de nutrias de Crosthwaite, y también de William Curley, John Post,  John Stewart,  Joaquín Machado, Manuel Machado, Manuel Serrano, quienes eran recibidos en el pueblo por el también nutriero y antiguo soldado misional Don Carlos Espinoza Castro, ya que todos ellos viajaban por toda la costa pacífica de Baja California en la cacería, cuyo asiento regular era en el pueblo de El Rosario.
Don Carlos Espinoza Castro elaboraba “cayucos”, que eran embarcaciones a base de un cuero crudo de res, y en él navegaba un hombre por la bahía de El Rosario cazando nutrias, como también los hacían los nutrieros que llegaban del Rancho Rosarito, la misión vieja, y de San Diego, compañero de Crosthwaite.
Las jornadas de trabajo eran extenuantes, ya fuera para la cacería de las nutrias, cuereo, y los largos recorridos a los lugares de caza. Regularmente hacían fiestas en las casas del pueblo, en las que todos cantaban, bailaban, y también peleaban, sobre todo cuando se comentaba entre los “gringos” de Crosthwaite que la Alta California le pertenecería algún día a Estados Unidos, por cuya razón los rosareños se “mal avenían” con ellos. Cada quien bailaba a su modo, los “gringos”, los rosareños, y el irlandés; siendo este último el que bailaba a brincos.
Crosthwaite, según me lo narró su tataranieto Rigoberto Martin del Campo Marrón, había nacido en Athy, Condado de Kildare, Irlanda, el 27 de diciembre de 1825, siendo hijo de Edward y Rachel Crosthwaite, quienes emigraron a Estados Unidos, dejando a su hijo en casa de sus abuelos hasta los dieciséis años de edad, viniendo a visitarlos en América, y regresó a Irlanda a concluir sus estudios, sin embargo su abuela falleció en 1845, por tal razón volvió a Estados Unidos.

En una ocasión, en compañía de un joven amigo, pretendieron salir a pescar en las cercanías de Rhode Island, para lo cual abordaron un barco, que cuando ya habían navegado por largo tiempo les dijeron que iban para San Francisco, Alta California, al otro lado del continente, siendo una increíble sorpresa para él y su amigo, razón por la cual llegó a San Francisco sin siquiera tenerlo en mente; de ahí  donde pasó, en 1845 a San Diego, Alta California, México; y de ese lugar a la misión vieja y Rosarito, Baja California
La tradición oral de la familia hizo llegar estos datos en voz de Rigoberto Martin del Campo Marrón, quien con mucho orgullo me lo narró cuando lo entrevisté a finales del año 2010 en Tijuana, Baja California.
Cabe destacar que también Julián Jesse Wilbur Ames y la rosareña Perfecta Escolástica Espinoza Castro, fueron tatarabuelos de Rigoberto.
Fue así como nació en la Baja California la familia Crosthwaite, ya que Phillip, casó en San Diego con María Josefa López en 1848, cuando recién la Alta California se había perdido para México, y se la habían apropiado los Estados Unidos de Norteamérica, de donde pasaron a la Baja California.
La familia vivió tanto en San Diego, California, como en el rancho Rosarito, y la Misión de San Miguel Arcángel de la Frontera -Misión Vieja-, Baja California; lugares en donde actualmente habita un grueso árbol genealógico descendiente de los Crosthwaitte López, incluida Tijuana; donde desde hace más de ciento setenta años, se han emparentado con las familias primigenias de Baja California, Marrón, Gilbert, Machado, Cota, Yorba, Breithnvash, Fernández, entre mucho otras.
La rosareña Lucía Cota Fernández, fue casada con Alfredo Crosthwaite McAleer, así como Luciana Crosthwaite Breithnvash, fue casada con el descendiente rosareño Francisco Rodríguez Duarte; vivieron en La Misión de El Descanso, y Tijuana, Baja California, respectivamente.
Phillipe Crosthwaite falleció en San Diego, California, el 19 de febrero de 1903…
¡Qué pequeño el mundo es!